24 julio 2008

Arráncame la vida de un tirón

Arráncame la vida de un tirón,
que el corazón ya te lo he dado,
apaga uno por uno sus latidos,
pero no me lleves al camino del olvido.
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Arráncame la vida de un tirón,
que mi razón se fue contigo,
oblígame a vivir para tu amor,
pero no me obligues a decirte adiós.
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Arráncame la vida de un tirón,
que el corazón ya te lo he dado,
exhibe mi cariño ante la gente,
pero no me quites la alegría de tenerte.
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Arráncame la vida de un tirón,
que mi razón se fue contigo,
oblígame a vivir para tu amor,
pero no me obligues a decirte adiós.
.
Arráncame la vida de un tirón,
que el corazón ya te lo he dado,
apaga uno por uno sus latidos,
pero no me lleves al camino del olvido.
.
Arráncame la vida de un tirón,
que mi razón se fue contigo,
oblígame a vivir para tu amor,
pero no me obligues a decirte adiós....
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Chico Novarro
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09 julio 2008

El abuelo

El abuelo un día
cuando era muy joven
allá en su Galicia,
miró el horizonte
y pensó que otra senda
tal vez existía.
Y al viento del norte
que era un viejo amigo,
le habló de su prisa,
le mostró sus manos
que mansas y fuertes,
estaban vacías,
y el viento le dijo:
"Construye tu vida
detrás de los mares,
allende Galicia"".
Y el abuelo un día
en un viejo barco
se marchó de España.
El abuelo un día,
como tantos otros,
con tanta esperanza.
La imagen querida
de su vieja aldea
y de sus montañas
se llevó grabada
muy dentro del alma,
cuando el viejo barco
lo alejó de España.
Y el abuelo un día
subió a la carreta
de subir la vida.
Empuñó el arado,
abonó la tierra
y el tiempo corría.
Y luchó sereno
por plantar el árbol
que tanto quería.
Y el abuelo un día
lloró bajo el árbol
que al fin florecía,
lloró de alegría
cuando vio sus manos,
que un poco más viejas
no estaban vacías.
Y el abuelo entonces,
cuando yo era niño,
me hablaba de España,
del viento del norte,
de la vieja aldea
y de sus montañas.
Le gustaba tanto
recordar las cosas
que llevo grabadas
muy dentro del alma,
que a veces callado,
sin decir palabra,
me hablaba de España.
El abuelo un día,
cuando era muy viejo,
allende Galicia.
Me tomó la mano
y yo me di cuenta
que ya se moría.
Y entonces me dijo,
con muy pocas fuerzas
y con menos prisa,
"prométeme, hijo,
que a la vieja aldea
irás algún día,
y al viento del norte
dirás que su amigo,
a una nueva tierra
le entregó la vida.
Y el abuelo un día
se quedó dormido
sin volver a España.
El abuelo un día,
como tantos otros,
con tanta esperanza.
Y al tiempo al abuelo
lo vi en las aldeas,
lo vi en las montañas,
en cada mañana
y en cada leyenda,
por todas las sendas
que anduve de España...
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Alberto Cortéz .
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Es bueno recordarlo para que quienes hoy
con leyes de inmigración, se olvidan que ayer también
fueron inmigrantes...