06 mayo 2007

Cambalache...y Sus ojos se cerraron


Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé.

En el quinientos diez y en el dos mil, también;

Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos,

contentos y amargaos, valores y dobléz.

Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá(d) insolente,

ya no hay quien lo niegue.

Vivimos revolcaos(dos) en un merengue y en el mismo lodo todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,

ignorante, sabio, chorro generoso o estafador...

¡Todo es igual!

¡Nada es mejor!

Lo mismo un burro que un gran profesor.

No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao.

Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,

da lo mismo que sea cura, colchonero, Rey de Bastos, caradura o polizón.

¡Que falta de respeto, qué atropello a la razón!

cualquiera es un señor,

cualquiera es un ladrón...

Mezclao con Toscanini va Scarface y Napoleón,

Yatasto y Marimón, Carnera y San Martín...

Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches

se ha mezclao la vida,

y herida por un sable sin remache ves llorar la Biblia junto al calefón.

Siglo veinte, cambalache problemático y febril...

El que no llora no mama y el que no afana es un gil.

¡Dale, nomás...!

¡Dale, que va...!

¡Que allá en el Horno se (nos) vamo´(s) a encontrar...

! No pienses más; sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao...

Si es lo mismo el que labura noche y día como un buey,

que el que vive de las minas, que el que mata,

que el que cura, o está fuera de la ley.

.

Letra y música: Enrique Santos Discepolo

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SUS OJOS SE CERRARON

Sus ojos se cerraron...

y el mundo sigue andando,

su boca que era mía ya no me besa más,

se apagaron los ecos de su reír sonoro

y es cruel este silencioque me hace tanto mal.

Fue mía la piadosa dulzura de sus manos

que dieron a mis penas caricias de bondad,

y ahora que la evoco hundido en mi quebranto,

las lágrimas pensadas se niegan a brotar,

y no tengo el consuelo de poder llorar.

¡Porqué sus alas tan cruel quemó la vida!

¡porqué esta mueca siniestra de la suerte

!Quise abrigarla y más pudo la muerte,

¡Cómo me duele y se ahonda mi herida

!Yo sé que ahora vendrán caras extrañas

con su limosna de alivio a mi tormento.

Todo es mentira, mentira es el lamento.

¡Hoy está solo mi corazón

!Como perros de presa las penas traicioneras

celando mi cariño galopaban detrás,

y escondida en las aguas de su mirada buena

la suerte agazapada marcaba su compás.

En vano yo alentaba febril una esperanza.

Clavó en mi carne viva sus garras el dolor;

y mientras en las calles en loca algarabía

el carnaval del mundo gozaba y se reía,

burlándose el destino me robó su amor.
.

Letra:Alfredo Le Pera. Mùsica: Carlos Gardel

3 comentarios:

simalme dijo...

Qué tanguero últimamente. Y qué animo tan para un tango también, parece...

Ula dijo...

Cambalache es tan actual que deberían leerlo todos los gobenantes antes de comenzar sus campañas electorales, y para darse cuenta que el pueblo no es tan tonto como aparenta.
Preciosos los dos tangos.
Besitos

Rodolfo N dijo...

Silvia:
Hay muchos tangos divertidos tambièn.
Graciaspor pasar.
Cariños


Ula:
Gracias!.Realmente es una letra lamentablemente vigente , esperemos que este nuevo siglo cambie.
Cariños